
La condena contra Jair Bolsonaro y sus colaboradores por intento de golpe de Estado constituye un fallo histórico que refuerza las instituciones democráticas de Brasil. Aunque la defensa apelará, la sentencia margina a Bolsonaro de la política en el futuro previsible, creando un vacío de liderazgo en la derecha brasileña y generando tensiones internacionales, especialmente con Estados Unidos.