
La explosión en la Universidad Nacional, que hirió a un individuo ajeno a la institución mientras manipulaba explosivos, evidencia una grave crisis de seguridad. Mientras la universidad condena la violencia, voces internas critican una supuesta permisividad administrativa y falta de controles, lo que ha desatado un profundo debate sobre el equilibrio entre la autonomía universitaria y la seguridad en el campus.