
La JEP emitió su primera sentencia contra la cúpula de las FARC, condenando a siete exjefes a ocho años de sanciones restaurativas por más de 21.000 secuestros. La decisión, que no implica cárcel, ha sido calificada como un hito en la justicia transicional, aunque ha generado indignación y decepción entre algunas víctimas que consideran la pena insuficiente frente a la gravedad de los crímenes.