
El ataque militar estadounidense que hundió una embarcación procedente de Venezuela, causando la muerte de 11 presuntos miembros del Tren de Aragua, marca una grave escalada en el conflicto bilateral. Anunciada personalmente por el presidente Trump, la operación se presenta como una acción antinarcóticos, pero es ampliamente interpretada como un mensaje militar directo al gobierno de Maduro, aumentando drásticamente la inestabilidad en la región del Caribe.