
La autorización de operaciones encubiertas de la CIA en Venezuela, confirmada por Donald Trump, marca un punto de inflexión en las tensiones bilaterales. Mientras Estados Unidos justifica la medida como parte de su lucha contra el narcotráfico y la migración irregular, el gobierno venezolano la denuncia como un acto de agresión ilegal y un pretexto para un cambio de régimen, llevando la disputa al escenario de la ONU.










