
El ataque letal de EE. UU. a una lancha en el Caribe, justificado como una operación antiterrorista contra el Tren de Aragua, ha sido desmentido y condenado por Venezuela, que lo considera una ejecución extrajudicial y un montaje.
Este incidente marca una peligrosa escalada en la confrontación bilateral, pasando de la interdicción a la fuerza letal y generando un intenso debate regional sobre su legalidad y consecuencias.