
La solicitud formal de indulto de Donald Trump para Benjamín Netanyahu representa un acto inusual de intervención diplomática, enmarcado como apoyo a un aliado clave pero criticado como una injerencia en la soberanía judicial de Israel. La decisión final depende de los procedimientos legales israelíes, donde un indulto solo puede considerarse tras una condena firme, lo que hace que la petición sea inviable en el momento actual.










