
La elección de Carlos Camargo, respaldado por la oposición, marca una significativa derrota política para el gobierno Petro, resultando en la salida de tres ministros y la fractura de la coalición gubernamental en el Senado. Este resultado evidencia la debilitada posición del Ejecutivo en el Congreso y establece un escenario de tensión para futuros debates judiciales y legislativos.