
La deuda insostenible de Air-e, que alcanza los $3,6 billones, ha provocado una crisis de liquidez que pone en riesgo no solo el suministro en la costa Caribe, sino la estabilidad de todo el sistema eléctrico nacional. A pesar de la intervención gubernamental, la falta de un plan claro y de inversiones ha agravado la situación, llevando a los gremios a buscar soluciones judiciales para evitar un posible colapso energético y futuros aumentos tarifarios para 1,3 millones de usuarios.