
La seguridad energética de Colombia está comprometida por la disminución de sus reservas de gas, lo que ha obligado a una dependencia estructural de las importaciones. Expertos del sector, como Promigas, urgen retomar la exploración, incluidos los pilotos de fracking, y acelerar proyectos como Sirius para evitar un encarecimiento drástico de las tarifas y la pérdida de la soberanía energética.