
La tensión diplomática entre Colombia y Estados Unidos, marcada por la amenaza de nuevos aranceles sobre el 10 % ya vigente, ha generado una seria preocupación económica. Mientras el presidente Petro considera el TLC “suspendido de facto”, los gremios empresariales advierten sobre el riesgo para millones de empleos y la producción nacional, instando a una solución diplomática para proteger al principal socio comercial del país.










