
La muerte de los menores en Guaviare expone la doble tragedia del reclutamiento forzado y la complejidad de las operaciones militares. Mientras la Defensoría del Pueblo cuestiona la legalidad del ataque bajo el DIH, el Gobierno lo defiende, generando un debate nacional sobre la protección de la niñez en la guerra y la responsabilidad compartida entre los grupos armados y el Estado.










