
Las continuas demoliciones de edificios en Gaza por parte de Israel, que superan las 1.500 estructuras desde el alto el fuego, ponen en jaque la tregua y agravan la crisis humanitaria. Mientras Israel alega cumplir con el acuerdo, la destrucción de hogares y propiedades deja a la población civil en una situación desesperada y sin perspectivas de recuperación.






