
Las condiciones invernales, sumadas a la destrucción de la infraestructura por la guerra, han creado una emergencia humanitaria catastrófica en Gaza. La población desplazada enfrenta inundaciones en sus refugios improvisados, una escasez crítica de recursos básicos y un riesgo creciente de enfermedades, lo que agrava una situación ya insostenible.





