
El propuesto incremento del IVA a los combustibles es un punto central de la reforma tributaria que enfrenta al Gobierno con diversos sectores económicos y políticos. Mientras el Ejecutivo lo defiende como una medida fiscal y ambientalmente responsable que afecta principalmente a los más ricos, los críticos advierten sobre un inevitable efecto inflacionario en cascada que perjudicará a toda la población, especialmente a las clases media y baja, a través del encarecimiento del transporte y los alimentos.