
La propuesta de unificar la retención en la fuente para todos los pagos electrónicos ha generado un profundo rechazo en el sector financiero y comercial, que teme un retroceso en la inclusión financiera y un golpe a los pequeños negocios. A pesar de las aclaraciones del Gobierno sobre su alcance limitado, la medida es vista como un obstáculo para la digitalización de la economía colombiana.










