
Las restricciones impuestas por la administración de Bogotá para controlar las “rodadas del terror” en Halloween generaron significativas protestas de los motociclistas. Mientras las autoridades justifican las medidas con base en altas tasas de accidentalidad y criminalidad, el gremio se siente estigmatizado y afectado económicamente, lo que desató un conflicto social entre la seguridad y el derecho a la movilidad y al trabajo.





