
El despliegue naval de Estados Unidos en el Caribe, presentado como una operación antinarcóticos, ha sido interpretado por Venezuela como una amenaza directa a su soberanía, escalando la tensión militar y diplomática entre ambas naciones.
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El despliegue naval de Estados Unidos en el Caribe, presentado como una operación antinarcóticos, ha sido interpretado por Venezuela como una amenaza directa a su soberanía, escalando la tensión militar y diplomática entre ambas naciones.
El gobierno venezolano activó un decreto de 'conmoción externa' que otorga a Nicolás Maduro amplios poderes militares y de control interno, justificándolo como una medida defensiva ante la amenaza de una agresión estadounidense, mientras que organizaciones civiles alertan sobre el riesgo para los derechos fundamentales.
Reportes de prensa indican que Estados Unidos está considerando planes para realizar ataques con drones contra objetivos de narcotráfico dentro de Venezuela, lo que representaría una escalada militar directa y ha intensificado las respuestas defensivas del gobierno de Nicolás Maduro.
Estados Unidos ha centrado su estrategia contra Venezuela en la acusación de que Nicolás Maduro dirige el 'Cartel de los Soles', utilizando esta narrativa para justificar su despliegue militar. Maduro, por su parte, rechaza las acusaciones, calificándolas de un pretexto para una intervención extranjera.
La exclusión de Venezuela, Cuba y Nicaragua de la próxima Cumbre de las Américas en República Dominicana ha sido interpretada como una maniobra diplomática impulsada por Estados Unidos para aislar a estos regímenes, generando un fuerte rechazo por parte de los países afectados.
En respuesta a la presencia militar estadounidense, Venezuela ha iniciado una serie de ejercicios militares y simulacros de emergencia a nivel nacional, movilizando a sus fuerzas armadas y milicias para demostrar su capacidad defensiva y preparar al país para un posible conflicto.
Donald Trump anunció un giro en la estrategia antinarcóticos de EE. UU., declarando el fin del tráfico marítimo desde Venezuela y afirmando que ahora la vigilancia se centrará en las rutas terrestres de los carteles, lo que podría implicar una mayor presión militar en la región.
La realización de ejercicios militares conjuntos entre marines estadounidenses y fuerzas panameñas ha sido vista por Venezuela como una extensión de la presión militar de Washington en la región, dada su coincidencia con el despliegue naval en el Caribe.
La tensión entre EE.
UU. y Venezuela ha generado reacciones en América Latina, con Evo Morales advirtiendo sobre un 'nuevo Vietnam' y Cuba aclarando que su apoyo a Maduro es político y no militar, lo que delinea el mapa de alianzas regionales.
La política de la administración Trump hacia Venezuela es interpretada como una estrategia de cambio de régimen largamente planeada, impulsada por asesores de línea dura. La actual presión militar en el Caribe es vista como la ejecución de esta política, que busca derrocar a Nicolás Maduro bajo la justificación de la lucha antinarcóticos.