
Los ataques letales de Estados Unidos a embarcaciones cerca de Venezuela representan una escalada militar directa en el Caribe.
Mientras Washington justifica las operaciones como una lucha contra el narcotráfico con vínculos terroristas, Caracas y otros líderes regionales como Gustavo Petro las condenan como actos de agresión desproporcionada, generando una grave crisis diplomática y humanitaria.