
La tercera reforma tributaria del Gobierno Petro busca un recaudo histórico de $26,3 billones para financiar el presupuesto de 2026, enfocándose, según el Ejecutivo, en las rentas más altas. No obstante, enfrenta una fuerte oposición que la considera una carga excesiva para la ciudadanía y las empresas, y exige en su lugar un recorte del gasto público.