
El masivo ataque ruso sobre Kiev representa una grave escalada del conflicto, con un alto costo en vidas civiles y daños a infraestructuras clave, incluida una misión diplomática de la UE.
Este acto ha sido condenado internacionalmente y ha reforzado la determinación de Ucrania y sus aliados de aumentar la presión sobre Moscú mediante nuevas sanciones.