
La amenaza de Donald Trump de armar a Ucrania con misiles Tomahawk constituye una audaz maniobra diplomática que busca alterar el cálculo estratégico de Rusia. Si bien su objetivo es presionar a Putin para negociar el fin de la guerra, también conlleva el riesgo inherente de una escalada militar de consecuencias impredecibles para la seguridad global.









