
El ataque aéreo masivo de Rusia, que incluyó el primer impacto directo a la sede del gobierno en Kiev, representa una escalada deliberada del conflicto.
Esta acción no solo causó víctimas civiles, sino que también envió un fuerte mensaje político que complica los esfuerzos diplomáticos y refuerza la urgencia de Ucrania por recibir mayor apoyo militar de sus aliados.