
El cese al fuego y el masivo intercambio de prisioneros, logrados bajo una intensa presión diplomática estadounidense, marcan una desescalada significativa en el conflicto de Gaza, generando alivio y celebraciones. Sin embargo, la sostenibilidad de la paz es frágil y depende de las complejas negociaciones en la cumbre de Egipto sobre el futuro gobierno de la Franja y el desarme de Hamás, puntos que siguen siendo un gran obstáculo.










