
El cese al fuego en Gaza marca un momento crítico de esperanza humanitaria, con el retorno de desplazados y la inminente liberación de rehenes. No obstante, las declaraciones contradictorias de Israel y Hamás sobre el fin de la guerra y los objetivos a largo plazo exponen la fragilidad del acuerdo, dejando el futuro de la paz en una profunda incertidumbre.













