
La detención de dos ciudadanas colombianas en una flotilla humanitaria provocó una respuesta contundente del presidente Gustavo Petro, quien ordenó la expulsión de los diplomáticos israelíes y la denuncia del TLC.
Esta decisión marca una ruptura sin precedentes en las relaciones bilaterales, generando un intenso debate nacional sobre sus implicaciones diplomáticas y económicas, mientras la oposición anuncia acciones legales contra el mandatario.