
La renuncia del expresidente Uribe a la prescripción cambia el curso de su proceso judicial, eliminando el plazo del 16 de octubre y obligando al Tribunal Superior de Bogotá a emitir un fallo de fondo sobre su condena por manipulación de testigos. La decisión, calificada por él como una búsqueda de la verdad y por sus opositores como un gesto de imagen, asegura que el caso no concluirá por un tecnicismo legal.