
El Premio Nobel de Paz otorgado a María Corina Machado legitima internacionalmente la lucha democrática en Venezuela y aumenta la presión sobre el régimen de Maduro. La decisión generó un amplio espectro de reacciones, desde el respaldo entusiasta de expresidentes colombianos hasta la crítica de la Casa Blanca y una respuesta cautelosa del presidente Gustavo Petro, reflejando las complejidades geopolíticas de la región.










