
La informalidad laboral se mantiene como un problema estructural en Colombia, con un 55 % de la fuerza laboral afectada, cifra que se dispara al 83,1 % en zonas rurales. A pesar de los esfuerzos gubernamentales, como la reforma laboral, para incentivar la formalización, la falta de seguridad social y estabilidad sigue siendo la norma para millones de trabajadores, especialmente jóvenes y del sector agrícola, lo que perpetúa la desigualdad y la vulnerabilidad económica.