
La cancelación de la LCF del FMI, justificada por el Gobierno debido a las altas reservas internacionales, ocurre simultáneamente a las advertencias del mismo organismo sobre el deterioro fiscal de Colombia. Expertos alertan que esta medida, aunque reduce costos de comisiones, eleva la percepción de riesgo del país, lo que podría encarecer el financiamiento futuro y limitar la capacidad de respuesta ante crisis económicas.