
La Corte Suprema de Justicia mantuvo la libertad del expresidente Álvaro Uribe durante su proceso de apelación, argumentando que la orden de detención inicial carecía de una justificación jurídica y fáctica sólida. Esta decisión critica el proceder de la jueza de primera instancia pero no altera la condena por soborno y fraude procesal, que sigue pendiente de una resolución definitiva.