
Un taxista con un historial de infracciones y en estado de embriaguez atropelló a 11 personas en Bogotá, dejando a dos menores con muerte cerebral.
El conductor fue capturado, aceptó los cargos y fue enviado a prisión, desatando un fuerte debate nacional sobre la seguridad vial y las sanciones por conducir bajo los efectos del alcohol.








