
Estados Unidos ejecutó múltiples ataques letales contra embarcaciones en el Caribe, justificándolos como una operación antidrogas contra grupos como el Tren de Aragua. Sin embargo, la acción ha sido fuertemente criticada por la falta de pruebas sobre la identidad de las víctimas, a quienes líderes como Gustavo Petro describen como jóvenes pobres y no como narcotraficantes, lo que genera un grave conflicto diplomático y humanitario.