
La nueva reforma tributaria se perfila como una de las batallas legislativas más complejas para el Gobierno Petro. La iniciativa enfrenta un fuerte rechazo de gremios y partidos de oposición, quienes la consideran perjudicial para la clase media y la economía en un año preelectoral, mientras el Ejecutivo insiste en su carácter progresivo y su necesidad para garantizar la estabilidad fiscal y financiar el presupuesto de 2026.