
Los ataques coordinados contra guardias del INPEC en Bogotá, Palmira y Armenia, que han causado varias muertes y heridos, exponen una grave crisis de seguridad en el sistema penitenciario. Las autoridades y sindicatos señalan un “plan pistola” de grupos criminales en respuesta a medidas anticorrupción, lo que ha obligado a una respuesta de seguridad a nivel nacional y evidencia los profundos riesgos que enfrenta el personal carcelario.