
La intoxicación masiva en Barranquilla por licor adulterado con metanol subraya el letal peligro de las bebidas clandestinas y su desproporcionado impacto en las comunidades más vulnerables. La respuesta oficial, con la activación de un PMU y operativos policiales, busca contener la crisis y desmantelar la red de producción, mientras los expertos médicos advierten sobre graves consecuencias a largo plazo para los sobrevivientes.