
La creciente presión militar de Estados Unidos en el Caribe, con un despliegue naval significativo y ataques a embarcaciones, ha exacerbado la crisis con Venezuela. La posibilidad de que la administración Trump autorice ataques con drones en territorio venezolano marca una peligrosa escalada, fundamentada en acusaciones de narcotráfico contra el gobierno de Maduro, lo que aumenta el riesgo de un conflicto regional.