
El ataque masivo de Rusia sobre Kiev y otras ciudades ucranianas, utilizando una combinación de drones y misiles, representa una grave escalada con un devastador impacto en la población civil. La ofensiva evidencia la estrategia rusa de golpear la infraestructura crítica y los centros urbanos, mientras que las narrativas contradictorias de ambos bandos sobre los objetivos del ataque reflejan la intensificación de la guerra informativa.









