
Las repetidas incursiones de drones, atribuidas a Rusia, han expuesto vulnerabilidades críticas en la seguridad europea, obligando a una respuesta coordinada y urgente por parte de la UE y la OTAN. La propuesta de un "muro antidrones" y el aumento de la vigilancia reflejan la gravedad de la amenaza híbrida, marcando un nuevo capítulo en la defensa del continente.