
El acuerdo de intención para la compra de 100 cazas Rafale y otros sistemas de defensa marca un fortalecimiento crucial de la capacidad militar de Ucrania y una profundización de su alianza con Francia. Aunque no es un contrato inmediato, establece un marco estratégico a largo plazo para modernizar las fuerzas ucranianas, con el desafío de asegurar el financiamiento y la logística para su implementación.










