
La socavación en la Línea A del Metro de Medellín provocó una interrupción significativa del servicio, afectando a miles de ciudadanos y evidenciando la vulnerabilidad de la infraestructura ante fenómenos climáticos. La respuesta coordinada de las autoridades buscó mitigar el caos en la movilidad, mientras se ejecutaban complejas obras de reparación cuya finalización dependía de las condiciones meteorológicas.










