
El Tren de Cercanías del Valle se encuentra en un punto muerto debido a la fricción política entre el Gobierno Nacional y los líderes regionales, a pesar de que la región ha asegurado su parte de la financiación. La falta del aval nacional antes de la Ley de Garantías obliga a las autoridades locales a explorar mecanismos alternativos como las APP para evitar que el proyecto, vital para la movilidad y la economía, se retrase indefinidamente.










