
El asesinato de una prominente figura conservadora ha puesto de manifiesto la grave crisis de violencia política en Estados Unidos. La rápida identificación y captura del sospechoso, junto con las fuertes reacciones políticas que lo enmarcan en una lucha ideológica, subrayan la profunda polarización nacional y el peligroso nexo entre la retórica extremista y las acciones violentas.










