
El conflicto en Gaza ha derivado en una crisis humanitaria extrema, con una hambruna oficialmente declarada y una ofensiva militar israelí que no cesa a pesar de las negociaciones de alto al fuego. La situación se complica por una guerra de propaganda y crecientes tensiones diplomáticas, incluyendo sanciones de España y la condena de otros líderes mundiales, mientras la población civil enfrenta evacuaciones forzadas y una grave escasez de alimentos y agua.











