
La aprobación condicionada de la fusión Tigo-Movistar por parte de la SIC transforma el panorama de las telecomunicaciones en Colombia, consolidando un duopolio con Claro. Aunque se impusieron medidas para proteger la competencia, como tarifas de roaming preferenciales, persisten serias preocupaciones entre los operadores más pequeños sobre la viabilidad de competir en un mercado tan concentrado.









