
El cierre del gobierno federal, provocado por un punto muerto en el Congreso sobre los subsidios de Obamacare, dejó a cientos de miles de empleados sin salario y paralizó servicios clave. A pesar de que el presidente Trump se mostró dispuesto a negociar un acuerdo sobre la atención médica, también amenazó con realizar despidos y recortes permanentes, mientras ambos partidos se culpaban mutuamente por la crisis.













