
Las masacres recientes en Tame y Mesitas del Colegio, junto con el asesinato de líderes sociales, subrayan una grave escalada de violencia en Colombia. Los informes de Indepaz y las alertas de la Defensoría del Pueblo confirman una crisis humanitaria persistente impulsada por grupos armados, lo que exige una intervención estatal urgente.










