
El enfrentamiento entre Gustavo Petro y Vicky Dávila sobre la obediencia militar ha llevado la polarización política a un nuevo nivel, con el presidente amenazando con acciones legales por sedición. Este episodio, que evoca las propias declaraciones de Petro en el extranjero, convierte a las Fuerzas Armadas en un símbolo de la pugna electoral y plantea serios interrogantes sobre los límites de la retórica política en Colombia.