
La carrera presidencial de 2026 está marcada por la fragmentación de la oposición y la dificultad para construir una candidatura unificada frente al petrismo. Propuestas como la de Abelardo de la Espriella evidencian la urgencia de la unidad, pero las disputas internas y los egos de los precandidatos amenazan con debilitar sus posibilidades electorales.









