
La muerte de Valeria Afanador ha dejado una profunda herida en la sociedad colombiana, exponiendo posibles fallas en los protocolos de protección y búsqueda de menores.
Las principales incógnitas giran en torno a si su muerte fue accidental u homicidio y por qué su cuerpo apareció en un lugar ya revisado. La exigencia de justicia por parte de su familia y la comunidad refleja un clamor colectivo contra la violencia que afecta a la niñez en el país.