
La escalada de violencia en Cúcuta, evidenciada por un aumento significativo de homicidios y ataques directos a la Fuerza Pública, ha obligado a las autoridades a declarar la alerta máxima. La situación refleja una profunda crisis de seguridad impulsada por disputas entre grupos criminales, generando un clima de temor generalizado entre los ciudadanos y afectando gravemente la vida cotidiana en la capital nortesantandereana.