
La llegada de Tesla a Colombia representa una disrupción significativa para el mercado automotor, impulsada por un modelo de venta directa y una estrategia de precios que compite con vehículos de combustión líderes. Con planes iniciales para establecer una red de supercargadores y capitalizar el creciente interés en la movilidad eléctrica, la compañía no solo busca vender vehículos, sino también acelerar la transición energética del país.










